La luz cae suave en el departamento-taller de Camila Rojas iluminando los colores de sus hilos, fibras y lanas.
Esta diseñadora gráfica de 30 años, parte del equipo UX Fusiona, sonríe con entusiasmo contando la pequeña historia de cada uno de sus proyectos.
En sus murallas hay un bastidor bordado con un esqueleto de vaca. El clásico que ponen los gringos en la entrada de los ranchos, pero la versión de Camila está rodeada de flores.
Parece una metáfora de la visión de nuestra compañera: la muerte rodeada de vida, lo oscuro, rodeado de luz.
Un hilo familiar
Técnico de párvulos y diseñadora gráfica, Camila ha pasado estudiando y trabajando una buena parte de su vida.
Mientras narra su pasión por las telas y manualidades, asoma un tatuaje en su antebrazo izquierdo: Ámate primero.
En la búsqueda de un lado b de Camila pasamos por varios de sus amores: manualidades en general, estudio de maquillaje profesional, yoga, ballet… para aterrizar en el tejido y bordado:
“Lo retomé hace poco como parte de proceso terapéutico en la búsqueda de conexión con cosas que me gustara hacer”, cuenta Cami mostrando un pequeño flamenco bordado.
Además de placer, el tejido y bordados conectan a Cami con una tradición familiar que practicaban su abuela y madre.
“Ellas tejen, mi madre era de las que hacían la bolsa del pan y fue quien me regaló mis máquinas de coser…
En los inviernos andábamos con pantinas tejidas, mi abuela me enseñó el punto cruz que no aprendí en ese momento y al que ahora vuelvo”, dice.
CamiLab
La pasión y el estudio textil lleva a Camila a la investigación y consulta de libros y a la realización de cuanto curso de Doméstika pilla.
En ese andar ha producido peluches, bordados tipográficos, amigurumis y hasta una alfombra que pueden ver en su Instagram @bycaminicole.
“Desde chica me ha gustado el diseño, lo manual y el elemento infantil. El juego como método de aprendizaje”, todos elementos que se pueden apreciar en sus redes sociales.
Experimentación que también la nutre de ideas para poner en práctica en las RRSS de Fusiona, ya que como buena diseñadora, investiga y mira tendencias constantemente.
State of mind
Tejer se parece a la vida en su compleja simplicidad.
“Requiere foco y concentración. Debes estar presente. Debes llevar la cuenta de los puntos, de las vueltas, debes estar atenta a los cambios de color…
También tejer tiene que ver con equivocarse y desarmar. Ahí hay un paralelismo con la vida. Te enseña que debes permitirte equivocarte, que a veces las cosas salen y otras no…
Te enseña a tenerte paciencia, te permite probar…todas cosas aplicables en la vida real”, dice Cami.
Quien se queda rodeada de sus creaciones, la experimentación y la luz.